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Mi Lince Ottawa
Virginie T.


Historia de romance paranormal con leyenda amerindia. Isabelle es una parisina solitaria que llega a CanadГЎ para trabajar. Achak es un amerindio de la tribu de los ottawas. Ella tiene miedo de Г©l, pero a Г©l, Isabelle le atrae irresistiblemente. Su encuentro va crear chispas. Sobre todo, porque la tribu posee un poder fuera de lo comГєn. Si te gustan las historias de amor sexy y metamorfosis este libro estГЎ hecho para ti.





Virginie T.

Mi Lince Ottawa








Isabelle es una parisina solitaria que llega a CanadГЎ para trabajar. Achak es un amerindio de la tribu de los ottawas. Ella tiene miedo de Г©l, pero a Г©l, Isabelle le atrae irresistiblemente. Su encuentro va crear chispas. Sobre todo, porque la tribu posee un poder fuera de lo comГєn. Si te gustan las historias de amor sexy y metamorfosis este libro estГЎ hecho para ti.



Mi lince


Ottawa



Mi lince


Ottawa




El alma gemela del cambiante




Virginie T


Traductora: Cristina LГіpez Laso

El CГіdigo de la propiedad intelectual prohГ­be las copias o reproducciones destinadas a un uso colectivo. Toda representaciГіn o reproducciГіn Г­ntegra o parcial realizada por cualquier medio, sin el consentimiento del autor o de sus causahabientes, es ilГ­cita y constituye una falsificaciГіn, segГєn los tГ©rminos de los artГ­culos L.335-2 y siguientes del CГіdigo francГ©s de la propiedad intelectual. Todos los derechos reservados.


В© 2020. T. Virginie


Mi lince Ottawa




Capitulo 1



Isabelle

Ya estoy en CanadГЎ. No me habГ­a dado cuenta hasta ahora de que mi vida habГ­a dado un giro de 180 grados. Pero llegados ahГ­, uno puede engaГ±arse. Me habГ­a ido de ParГ­s, ciudad asfixiante a mГЎs no poder con sus edificios, su contaminaciГіn y sus dos millones de habitantes que corren todo el tiempo en todos los sentidos, para aterrizar en esta envoltura de verdor al borde del lago Huron, en la isla de Manitoulin, poblaciГіn: trece mil autГіctonos. Fundirme en la masa serГЎ menos evidente aquГ­.

Tengo 25 aГ±os, nunca habГ­a viajado en mi vida y he venido aquГ­, a la otra punta del mundo o casi, para trabajar y volver a empezar desde cero. Un nuevo paГ­s para una nueva vida, una manera radical de pasar pГЎgina de un pasado doloroso que prefiero olvidar. Bueno, trabajar es una gran palabra. Me ocupo de los niГ±os, soy una joven au pair, aunque creo que la palabra joven no ya no encaja mucho conmigo. Es mi pasiГіn y cuando vi el anuncio de una familia canadiense que buscaba una francesa para ocuparse de su hija de cuatro aГ±os, no puede resistirme a la oportunidad. DespuГ©s de todo, no es como si hubiese dejado alguien detrГЎs mГ­o.

Siempre he sido una solitaria, en realidad, no tengo amigos y novio, aГєn menos. No es por elecciГіn propia, sino mГЎs bien suya. Soy tГ­mida e introvertida, no voy hacia la gente y cuando ellos vienen hacia mГ­, no me siento a gusto. RГЎpidamente, me encuentran rara, no digna de interГ©s, y se van enseguida hacia alguien mГЎs abierto que yo. Sin embargo, no es que no tenga carГЎcter, pero abrirme a los demГЎs es difГ­cil para mГ­

Con los niГ±os, es mГЎs fГЎcil. Ellos no juzgan a nadie. Ninguna imperfecciГіn fГ­sica o estado de ГЎnimo es determinante para ellos. Son pequeГ±os seres llenos de curiosidad y de afecto durante su edad mГЎs tierna. Frente a ellos, me basta con ser yo misma, no necesito esconderme detrГЎs de una falsa sonrisa o esforzarme para comunicarme con ellos y eso es reconfortante. Sin falsas apariencias. Me resulta fГЎcil comunicar con ellos. Incluso me encuentran divertida y les encantan mis historias.

Desde la muerte de mis padres el aГ±o pasado en un accidente, ya no tenГ­a nada a lo que sujetarme y necesitaba un cambio de vida extremo. Ya era hora de que tomase la responsabilidad mi vida. SueГ±o con tener una vida social y sentimental, pero es una cosa imposible para mГ­ en medio de la marea humana que representa la capital francesa. Por eso, me tirГ© al agua y me lancГ© a la conquista de CanadГЎ.

El taxi se detiene delante de una casa que da al parque Blue Jay Creek, sacГЎndome de mi introspecciГіn. Las vistas me dejan atГіnita. Es una vivienda inmensa, totalmente de madera, de una planta, con un balcГіn que da la vuelta a toda la casa y grandes ventanales para disfrutar de las asombrosas vistas. El tipo de casa con el que sueГ±o, pero que nunca podrГ­a permitirme. Ya imaginaba que la familia que me habГ­a contratado tenГ­a dinero. DespuГ©s de todo, no todo el mundo puede permitirse tener una persona a domicilio las veinticuatro horas del dГ­a, pero no me esperaba esto.

Bajo del coche despuГ©s de haber pagado y le doy las gracias al conductor, muy amable al contrario que los de los taxis parisinos que son siempre taciturnos, recupero mi maleta que contiene todas mis escasas posesiones y me preparo para el encuentro mГЎs importante de mi vida. Bueno, eso espero. Hasta ahora, sГіlo he comunicado con la familia Pontiac por email, a travГ©s de la agencia de empleo canadiense que pone en relaciГіn al empleador con la joven au pair, detallГЎndoles mi experiencia, mi manera de concebir la profesiГіn y mis ganas de cambiar de paГ­s, y esto ha permitido que me contraten. Siempre me ha resultado mГЎs sencillo expresarme por escrito y eso compensa mis debilidades en el oral. A travГ©s de las palabras consigo resaltar el lado jovial, determinado y alegre que soy incapaz de mostrar cara a cara.

El seГ±or y la seГ±ora Pontiac se acercan a mГ­ y me tomo un minuto para describirles. Los dos tienen el pelo largo y negro, pero no se parecen en nada mГЎs. El hombre que tengo delante es alto, de piel mate y ojos azules, y su presencia me impresiona. En cuanto a la mujer, tiene los ojos de color avellana y una silueta esbelta realzada por la palidez de su tez. La pareja me mira con una cГЎlida sonrisa. Uf, creo que eso me va a ayudar.

– Buenos días, usted debe ser Isabelle ¿no?

– Buenos días, señor y señora Pontiac, encantada de conocerlos.

– Bienvenida a Manitoulin. ¿El viaje ha estado bien?

No me dio tiempo a contestar cuando un tornado moreno de ojos azules y tez mate como su padre, llegó corriendo y se puso a saltar alrededor mío gritando: «¡es ella, es ella, es ella!»

Por eso me gustan tanto los niГ±os. Tienen una alegrГ­a de vivir contagiosa. Me echo a reГ­r ante esta pequeГ±a presumida llena de entusiasmo y me pongo a su altura para hablarle.

– Buenos días, pequeña pícara. Tú debes ser Aiyanna. Yo me llamo Isabelle. Creo que he venido para pasar tiempo juntas.

– Ven, ven, te voy a enseñar tu habitación, está justo al lado de la mía y luego vamos a jugar al escondite y a saltar la rana y…

– Tranquilízate, responde su madre. Lo siento, Isabelle. Está así desde ayer, desde el momento en el que le anunciamos su llegada.

– Menos mal que no le hablamos de ti hace un mes, cuando nos contactamos, ¡no habríamos sobrevivido a su sobrecarga de entusiasmo! No tendrás tiempo de aburrirte con este monstruito.

HabrГ­a podido interpretar mal sus palabras si no fuera por la sonrisa radiante de esta mamГЎ hacia su hija y la caricia que deposita con afecto en la mejilla de la niГ±a. Se ve inmediatamente que quiere a su hija con ese amor incondicional que tienen los padres por su progenitura. Siento una punzada de dolor pensando en la ausencia de los mГ­os, los echo mucho de menos. Echo en falta las largas conversaciones que tenГ­amos y los momentos de complicidad mГЎs ligeros.

– No pasa nada señora Pontiac. Señorita, si no les importa a tus padres, podrías enseñarme dónde dejar mis cosas y en qué lugar puedo refrescarme, el viaje ha sido largo.

La pequeГ±a ni siquiera se lo pregunta a los adultos y me lleva hacia la casa tirГЎndome del brazo. Tengo la impresiГіn que mis dГ­as no van a ser calma y tranquilidad, pero al mismo tiempo, la alegrГ­a de vivir de esta criatura es contagiosa. No puedo evitar sonreГ­r mirГЎndola. Necesitaba de verdad estГЎ alegrГ­a en mi vida Гєltimamente tan triste.




CapГ­tulo 2



Achak

Me dirijo hacia la casa de mi hermano Tyee con la impresiГіn de que algo se prepara. Tengo premoniciones desde siempre, pero por primera vez en mi vida, los signos no son claros. Debe acabar de llegar algo extraГ±o. Le advertГ­ que no contratase a nadie que no fuese de los nuestros, pero Aquene, mi cuГ±ada, quiere que su hija tenga la mente abierta al mundo en su globalidad, a culturas diferentes de la nuestra. Nosotros somos ottawas. Somos una tribu amerindia poderosa, pero Aquene eligiГі una francesa para cuidar de su hija. Como si nuestra cultura no fuera lo bastante rica con todos los espГ­ritus que cuidan de nosotros y nos hablan. Estoy bien situado para saberlo, porque los siento a todos, de ahГ­ mi nombre. Es una de mis dotes, siento todos los espГ­ritus de mi pueblo, del Gran Manitou al Cuervo, y algunos comunican conmigo durante mis sueГ±os u oraciones. Sin embargo, hoy, sГ© que algo importante va a producirse, algo que va a transformar a mi pueblo, pero no consigo identificar la naturaleza del presagio. ВїEra un peligro o una bendiciГіn? ВїPor quГ© los espГ­ritus no vienen a ayudarme a proteger a mi pueblo? Nunca habГ­an permanecido tan difusos y silenciosos. ВїLos habГ­amos decepcionado? El nudo en mi estomago me confirma que se prepara un acontecimiento importante, incluso capital. Sin embargo, la tribu no estГЎ en conflicto con ningГєn clan de alrededor desde hace dГ©cadas y nuestros negocios son prГіsperos. El Гєnico cambio, es la llegada de la francesa. Tiene que tener una relaciГіn con la extranjera. No estoy en contra de las personas de fuera de Manitoulin. SerГ­a hipГіcrita de mi parte porque vivo esencialmente del turismo. Pero desconfГ­o de la gente que quiere instalarse en nuestra isla. Cuando uno quita su paГ­s natal, es porque huye de algo. SГіlo falta saber de quГ© huye la joven au pair y hasta quГ© punto su venida va a afectar a la tribu.

Al llegar, saludo rГЎpidamente a mi hermano y voy directamente al tema que me ocupa.

– ¿Dónde está la extranjera?

– Buenos días a ti también, Achak. ¿Has dormido bien?

Tiene suerte de ser mi hermano y el jefe de la tribu, porque con otra persona, no hubiese estado de humor para soportar el sarcasmo. Le respondo conteniendo mi frustraciГіn.

– No te burles de mí.

– Aiyanna la ayuda a instalarse en su habitación. Que no deshaga las maletas demasiado rápido. Si tengo la menor duda sobre ella, la mando de vuelta en el primer avión sin ningún remordimiento.

– Quiero verla. Siento que trae problemas.

– Deja de jugar a los malos espíritus Achak, sin juegos de palabras. Esta niñera parece estar muy bien, ha sabido enseguida cómo canalizar a mi sobrina, que no es nada fácil, como sabes, y ella se ha apresurado para pasar tiempo con Isabelle, así que cálmate.

GruГ±o mi desaprobaciГіn. SerГ© el Гєnico para opinar frente a esta intrusiГіn en nuestras vidas y lo sabe.

– Guarda tus garras, Achak.

Ni siquiera me habГ­a dado cuenta de que se me habГ­an salido espontГЎneamente. Nunca pierdo el control de mi animal normalmente. Una prueba mГЎs de que se trama algo inhabitual.

– Te la voy a presentar para que dejes de preocuparte y después, dedica un poco de tiempo a jugar con tu sobrina.

Mi hermano me deja solo al pie de las escaleras de su casa y aprovecho para entrar. En ese momento, algo me intriga, un aroma que flota en el aire y que no consigo identificar. Mi lince se queda en la superficie, al acecho. Quiere seguir el rastro de ese olor hasta su origen. ВЎExtraГ±o! Mi olfato no estГЎ hecho para la caza, sГіlo para reconocer los territorios de la manada. Entonces, Вїpor quГ© mi felino me asegura que el olor es importante, que pertenece al clan?

TodavГ­a estoy en mis reflexiones cuando Tyee vuelve con la mujer mГЎs guapa que haya visto nunca. Me quedo sin voz. EstГЎ vestida con un simple vaquero de pitillo que realza sus largas piernas y un suГ©ter de cachemira ajustado al pecho. Es preciosa, con su piel pГЎlida, sus grandes ojos marrones inocentes y su largo cabello del mismo color que roza su baja espalda. Me la imagino en mis brazos, el contraste de su cuerpo flexible y claro contra el mГ­o, pasando mis dedos entre sus largos mechones color chocolate mientras hablamos despuГ©s de habernos unido. ВїPero que me pasa? Nunca habГ­a reaccionado de manera tan violenta frente al sexo opuesto. Y no me faltan conquistas, nada mГЎs lejos. Tengo un cuerpo atlГ©tico que provoca miradas concupiscentes y sumado a mi posiciГіn en el clan, digamos que no me faltan propuestas. Pero siempre son relaciones puramente carnales, mientras que ahora, siento una necesidad diferente, una atracciГіn tanto del alma como del cuerpo.

Me lleva un momento darme cuenta de que Tyee me mira frunciendo el ceГ±o, esperando a que reaccione. Efectivamente, me he quedado inmГіvil durante un momento frente a tal belleza. Me aclaro la garganta para volver en mГ­ y evitar de ponerme a babear ante esta diosa bajada del cielo y le tiendo la mano para presentarme:

– Buenos días, soy Achak, el hermano de Tyee.

– Isabelle, dijo tomando mi mano.

Su voz y su piel suave hacen temblar, pero nada comparado a cuando inspiro. Una ola de flores de los campos y de los rГ­os se apodera de mi nariz. Mi lince, que habitualmente es muy tranquilo, me araГ±a la piel para liberarse. Quiere conocer a esta mujer y frotarse contra ella. Me cuesta mucho contenerlo. La realidad que mi lince me grita en el interior de mi cabeza me golpea con la fuerza de un bГєfalo.

Esta mujer es la otra mitad de mi alma, la persona a la que voy a amar y venerar hasta el final de mi vida. Es mi pareja, sin ninguna duda. Los cambiantes sentimos este fenГіmeno sin ninguna ambigГјedad en todo nuestro organismo sin tener ningГєn control sobre ello. Por eso, los espГ­ritus me han dejado en la ignorancia. Para que no tuviera ocasiГіn de huir de mi destino por miedo a lo desconocido o por prejuicios hacia los extranjeros.

Una vez que la conocemos, todo nuestro universo se focaliza en nuestra compaГ±era, es lo mГЎs importante para nosotros. No consigo quietarle la vista a Isabelle. Me gustarГ­a devorarla y mi lince me empuja realmente a ello. AdemГЎs, los espГ­ritus no tenГ­an de quГ© preocuparse, no tengo ningГєn miedo, acepto mi futuro con reconocimiento. El destino me ha enviado una verdadera princesa y tengo la intenciГіn de tratarla como tal. Todo lo que tengo que hacer es hacerla mГ­a.




CapГ­tulo 3



Isabelle

El hombre me mira de arriba a abajo como si me fuera a crecer una segunda cabeza y sigue aun agarrГЎndome la mano. No me siento incomoda, a eso ya estoy acostumbrada, ya es directamente vergГјenza lo que siento. Tengo ganas de escapar corriendo sin darme la vuelta. Hay una chispa en su mirada difГ­cil de descifrar. Un destello salvaje que me hace pensar en un depredador que identifica su presa. Por muy maravilloso que sea, esta vez soy yo la que lo encuentro raro. ParecГ­a contrariado cuando entrГ© en la habitaciГіn con mi jefe, y ahora me examina con sus ojos azules, los mismos que los de su hermano y la niГ±a, probablemente marca de fГЎbrica de esta familia. Me siento al desnudo y odio eso. No me gusta ser el centro de atenciГіn. Me trae malos recuerdos.

«– ¿De verdad crees que te queríamos en esta fiesta, Isabelle? Sólo eras la atracción de la noche, el aperitivo para crear ambiente, para divertirnos. Ahora, lárgate de aquí solitaria,no te queremos con nosotros».

Hum, los recuerdos de la Гєnica fiesta a la que he ido son horribles. Primero, la multitud me rodeГі para burlarse de mГ­ y luego me echГі fuera como a una persona ingrata.

Veo los mГєsculos del hombre que tengo delante, enrollados en su camisa azul bien cortada, sus piernas apretadas en su vaquero negro que parecen plantadas en el suelo, su pelo negro que le llega por los hombros y su tez mate, no es posible confundirse sobre sus orГ­genes amerindios. Su imagen corta el aliento y asusta al mismo tiempo. Se me contrae la tripa por la multitud de sensaciones diferentes y contradictorias. Siento el estrГ©s subir en mГ­. Es hora de que termine esta conexiГіn visual. Me sudan las manos, mi corazГіn palpita de pГЎnico y al mismo tiempo, estoy fascinada. Tengo que salir ya de esta habitaciГіn, bajo cualquier pretexto. Recupero bruscamente mi mano de un tirГіn seco y salgo precipitadamente del salГіn explicando rГЎpidamente que Aiyanna me espera para hacerme una visita guiada de la casa. A salvo en mi habitaciГіn, me pregunto de verdad quГ© acaba de pasar. Nunca me ha prestado atenciГіn ningГєn hombre, y menos aГєn, mirГЎndome con una chispa de interГ©s y de deseo. Mi reflexiГіn no dura mucho, el pequeГ±o rayo de sol de esta casa me muestra mi nueva habitaciГіn. Voy a vivir en el seno de esta familia durante unos aГ±os, si todo va bien. Tengo que familiarizarme con el lugar. AdemГЎs de mi habitaciГіn en el piso de arriba, descubro otras cuatro habitaciones, cada una con su cuarto de baГ±o. Todas estГЎn decoradas con gusto, en tonos cГЎlidos, y todas tienen amplios ventanales que dejan entrar los rayos de sol, haciendo muy agradable el lugar. La de la enana estГЎ justo al lado de la mГ­a, para que sea mГЎs prГЎctico. En la planta baja, descubro una gran cocina completamente equipada y abierta al inmenso salГіn en el que ya no hay nadie. Mejor. Un segundo encuentro con Achak en tan poco tiempo habrГ­a sido demasiado para mГ­.

Todas las aperturas de la casa dan al parque que bordea la casa, cosa en la que no me habГ­a fijado antes por lo que me perturbaba la presencia de un cierto amerindio. El chico saliГі con el seГ±or Pontiac. Los veo hablar juntos a travГ©s de las ventanas. El primero estГЎ tenso como un arco mientras que el segundo parece jovial. Eso me deja perpleja. Este hombre tiene reacciones realmente extraГ±as con sus interlocutores. Cualquiera dirГ­a que tiene un desfase emocional peor que el mГ­o. Sin darme cuenta, mi tornadito me lleva a la cocina y nos lanzamos a preparar galletas. Hum, buena idea. Voy a hacer lo que me gusta: divertirme con una niГ±a cocinando reposterГ­a, y la guinda sobre el pastel, la merienda va a estar deliciosa. Todo en uno. Y una excelente manera de amansar a una muГ±equita y olvidar todas las preguntas que florecen en mi mente cuando pienso en cierto hombre que no nombrarГ©.




CapГ­tulo 4



Achak

– Bueno, Achak, ¿me explicas lo que te pasa? Pensaba que tendría que aguantarte para que no la atacaras y en lugar de eso, te he visto petrificado ante ella. ¿Qué te han anunciado los espíritus? ¿Tan horrible es?

Parece preocupado, todo lo contrario que hace un rato.

– No, había interpretado mal el mensaje de los espíritus. Nada grave previsto.

Nada importante para la tribu en todo caso, sin embargo, mi vida acaba de dar un vuelco y eso me hace muy feliz.

– ¿Tú no has entendido lo que te ha soplado el Gran Manitou? ¿Qué me escondes?

Mi hermano me conoce demasiado bien y es un cabezota. No dejarГЎ pasar esto hasta que no confiese. AdemГЎs, puedo necesitar su ayuda. Me puede ayudar a saber mГЎs sobre mi promesa. Pero me hubiera gustado guardarme esta informaciГіn un poco mГЎs. Le respondo a regaГ±adientes.

– Ella es mía, murmuro.

– ¿Perdona? Creo no haber escuchado bien.

– Isabelle es mía, le contesto más fuerte.

Tyee abre los ojos como platos y luego se parte de risa.

– ¿La linda humana es tu media naranja? Es muy gracioso.

– No veo qué encuentras gracioso. Es mi mujer, es mía y voy a tomarla como tal. No tiene nada de cómico. Todo lo contrario, es muy serio.

Pero, aun asГ­, no parГі. Se reГ­a tanto que le lloraban los ojos. Me pone de los nervios, como mi lince que bufa en mi cabeza. Mi hermano coge aire para explicarme, entre dos ataques de tos, la razГіn de su risa.

– Olvidas una cosa Achak. Ella es humana, no cambiante. No conoce nuestro mundo, ni siquiera nuestra existencia y entonces, incluso si siente el lazo que os une, no entiende lo que significa. Por primera vez en tu vida, una mujer no va a caer en tus brazos con un sólo chasquido de dedos. Y te puedo decir que te va a costar. Vi el miedo en sus ojos hace un rato.

Parece que la situaciГіn le divierte. Es evidente que no ha tenido ningГєn problema con su mujer que ya formaba parte de la tribu. AdemГЎs, cuando pienso en el miedo de Isabelle, me lleno de ira contra mГ­ mismo.

– Sí, lo sé, ha flipado al mirarla fijamente como un psicópata, pero no me esperaba esto. El espíritu del trueno, Asagaya, me fulminó ahí mismo. Cuando vi esa belleza, ya no podía quitarle los ojos a su silueta. ¿No tienes un consejo para mí?

Por fin vuelve a ponerse serio para decirme lo que piensa.

– Déjale tiempo y haz las cosas bien, si no, la perderás incluso antes de haberla conquistado. Y sabes que los espíritus sólo han creado un alma gemela por animorfo. No tendrás una segunda oportunidad. No desperdicies todo jugando al conquistador.

Tyee entra a su casa y me deja rumiando sus Гєltimas palabras. SГ© que tiene razГіn, no es nuestro jefe por nada. Tengo que darle espacio a Isabelle. Mi lince no estГЎ de acuerdo y me lacera las entraГ±as por ese pensamiento. Como yo, sabe que es nuestra compaГ±era y la sutilidad no forma parte de sus instintos. Quiere ir a buscarla y marcarla como nuestra inmediatamente. Al contrario que el animal, yo sГ© que saltar sobre una mujer para morderle el cuello no es el mejor medio de entrar de caerle bien. Isabelle es diferente a las otras mujeres que me he llevado a la cama hasta ahora. A ella no le interesarГЎ nada mi posiciГіn de chamГЎn de la tribu.




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